Mirando el tiempo con una semana de antelación, veíamos que daban mucha lluvia para la carrera de Muniain de La Solana. Pero como muchas veces no aciertan, esperábamos que así fuera para el día de la carrera. Se iba aproximando la cita y el tiempo no cambiaba; agua, agua y más agua.
El terreno de Muniain es totalmente arcilloso y si llueve hay muchas zonas impracticables, sobre todo las bajadas. Además las bicis sufren una barbaridad. Discos y pastillas de freno, cadenas, piñones, etc. son carne de cañón para el barro.
CON MI COLEGA JOSE LUIS LUKAS RIOJA
Pero había que defender el liderato y allí nos presentábamos a las 10:00 h de la mañana del domingo 14 de octubre del 2018; fecha que recordaré toda mi vida.
Al llegar a Muniain, nos recibían 18 grados y un cielo algo nublado, pero para nada con pinta de llover. Todos con el mismo dilema: Qué neumáticos colocar. Daban agua, pero parecía que iba a darnos margen para terminar la carrera. Por mi parte, habiendo colocado ruedas de barro el día anterior decidí salir así y no arriesgarme, aunque dudé un instante en colocar el segundo juego de ruedas de seco.
Faltaban 10 minutos para comenzar la prueba y señoras y señores, empezaban a caer gotas. A las 11:30 h se daba la salida y la lluvia caía a bomba llena. Una primera vuelta muy rápida sirvió para darnos cuenta de que sería un día duro; muy duro.
BAJADA PRIMERA VUELTA
El trazado empezaba a ponerse complicado, pero en el primer giro aguantó para hacerlo todo montado. Al comenzar la segunda vuelta, las pelotas de barro aparecían en las sendas, debido al paso de los bikers. El agua no paraba de caer y cada vez se hacía más difícil pilotar de forma segura.
Las transmisiones empezaban a sonar, avisando de que había que tratarlas con un cuidado exquisito. A diferencia de otros corredores que salieron con cubiertas de seco, mi ORBEA aguantaba muy bien, incluso no perdiendo tracción en las embarradas ascensiones. Pero todo cambió en el tercero de los 4 giros de carrera, pasando lo peor que podía pasar: dejó de llover. Era un suicidio hacer las bajadas montado e imposible subir las duras rampas. Así que tocaba patear. Me puse en segunda posición al ser adelantado por un rival que bajaba mas rápido que yo, para mí, arriesgando demasiado. A diferencia de ponerme nervioso le dejé ir. Mi intención era acabar la carrera, sumar puntos y mantener el liderato. La cadena empezaba a salirse del plato, obligándome a parar numerosas veces. Las pelotas de barro hacía que la cadena no aguantara en contacto con los dientes del plato, escupiéndola. Fue la nota predominante hasta el final de la carrera. Llegaba la última vuelta. El denominador común eran corredores parados en las cunetas quitando el barro de las cadenas, caídos por accidentes, abandonos por averías, etc... o sea; lo que se dice recogiendo cadáveres. Por mi cabeza sólo pasaba no arriesgar en las bajadas e intentar no romper. Pero era difícil hasta hacerlas andando. Tuve varias caídas y logré colocarme primero otra vez. La última vuelta la hice casi toda andando (corriendo) y empujando la bici, como casi todos, porque era imposible mantener la cadena en su sitio. Al final entrábamos en meta después de 1h 52 m en primera posición, afianzando un poquito más ese maillot rojo.
LÍDERES GENERAL TODAS CATEGORÍAS
Pero no había acabado el día. Después de comer y llegar a casa, tocaba desmontar la bici hasta las trancas, para que recuperara el aliento. Los pistones de las pinzas de freno, rodamientos eje pedalier, dirección, roldanas cambio trasero, etc. tenían barro para regalar. Me costó recuperar los rodamientos porque estaban totalmente atascados a causa del barro.
Con la bici ya lista dimos por concluído nuestro fin de semana " pasado por barro ". Preparamos sin pausa la siguiente en LUQUIN el próximo fin de semana. Espero que no llueva, porque ese trazado también con barro se las trae.
GO POWER!!!
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