El domingo 2 de mayo, llegaba la segunda prueba del Open de España Cofidis. Sabiñánigo preparaba el circuito, que a su vez será sede del próximo Campeonato de España XCO 2021. Hasta allí nos desplazábamos el dia anterior, para testar el trazado. No íbamos con objetivos más allá de entrenar y sacar conclusiones. En julio será el nacional y qué mejor manera de rendir bien, que corriendo antes.
HOSPITAL DE JACA |
Lo primero al llegar fue instalarnos en el padock que había preparado el C.C. EDELWEIS, organizador de la carrera. Comida con el peque de la casa y mientras estudiaba en la caravana, me iba a reconocer el circuito; muy exigente por cierto. Mucho sendero de a uno, hacía presagiar una carrera de embotellamientos y había que hilar fino en algunas curvas. Pero lo mejor de la tarde estaba por llegar. Algo que no imaginábamos, nos estaba esperando.
Mucho se hablaba de un salto y tal y cual...... "difícil, peligroso, técnico" eran alguno de los comentarios de los bikers. Por eso, al llegar a ese tramo y antes de saltar, me detuve, para estudiar y ver bien ese tramo. Casi nadie saltaba, tomando la alternativa. Pero yo lo tenía claro: velocidad y decisión eran la clave. Por eso retrocedí unos metros para coger velocidad y probar el salto, aunque tenía decidido que en carrera no lo iba a realizar.
Para que os hagáis una idea, os pongo esta foto de arriba. Aunque lo que verdaderamente asustaba un poco, era ponerte en la rampa de lanzamiento y ver hasta donde había que llegar. dos personas de la organización (supongo) estaban trabajando y acondicionando el salto, deteriorado por la lluvias caídas los días anteriores. Me percaté de ellos cuando paré a reconocer ese tramo. Pero viendo que algunos corredores seguían saltando, deduje que todo estaba en orden.
Como os cuento, retrocedimos unos metros para coger velocidad y afrontar el salto con garantías. La mirada puesta en la rampa de salida y una vez en el aire, cambiarla a la recepción. Pero una cinta que no ví y que pusieron mientras retrocedía para coger velocidad, atravesando y cortando el salto, fue la causante de que, al llegar a toda máquina, saltara y saliera volando hacia no sé dónde. El impacto fue muy serio y enseguida ví que me había hecho mucho daño.
CASCO SALVA-VIDAS |
Me levantaron tres personas del suelo, mientras intentaba recapacitar e intentar saber qué había sucedido. No sé qué hubiera pasado sin el casco, porque absorbió todo el golpe. Los dos chicos que se encontraban acondicionando el salto me gritaron "cuando ya era tarde" que a dónde iba, que estaba cortado. Pero lo que no ví bien fue, que no hubieran marcado unos metros antes con una valla (cosa que hicieron después de mi caída) y no justo en el salto, para evitar el accidente.
En cuanto recuperé un poco el norte, lo primero que me vino al pensamiento fue mi hijo; un peque de 10 años que estaba solo en la caravana, esperando a que su padre llegara de entrenar, cenar, reírnos un rato y dormir juntos, cosa que le encanta. Pero todo fue muy diferente.
Al llegar, me ayudó muy asustado a cambiarme de ropa (no podía mover el brazo izquierdo) y me acompañó muy serio al Hospital de Jaca (a 18 km de Sabiñánigo) ya que el centro de salud de dicha localidad estaba cerrado. Dos horas de pruebas y placas repetidas varias veces hicieron que la espera del chiquitín fuera tortuosa. He de deciros que se portó como un campeón; como una persona adulta.
DOS HORAS EN SALA DE ESPERA |
Al salir del Hospital ya respiramos más tranquilos. No había rotura ni de costillas ni de hombro. Sólo una luxación acromioclavicular severa y fuerte golpe en el costado izquierdo, que me impedía respirar con normalidad. Así que cerramos trámites en el centro hospitalario y nos fuimos con nuestro cabestrillo para Sabiñánigo.
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